Me preocupa intensamente la banalidad de las personas de hoy, pareciera que la frivolidad se les saliera por los ojos y la vanidad por los poros. Se interesan tenazmente por los asuntos ajenos mal interpretando los conceptos de intimidad y libertad, los significados de franqueza y asertividad. Es penosamente vergonsozo ver como el mundo alardea de sus conocimientos sobre temas superfluos y vanos, como si entrometerse en la vida de los demás fuese parte de una carrera profesional solo por que dedican tiempo a la investigación y a la redacción de las intimidades de otros. Es también ridículo ver como se endiosa e idolatrisa a personajes comunes y corrientes que trabajan en medios de comunicación pública, a deportistas o artistas.
¿Cuál es tu ídolo de la infancia?, pregunta vana e inconsecuente con lo que realmente somos todas las personas, llamarle ídolo a un ser humano es elevarlo a un sitial inapropiado y lejano a nuestro territorio, tal lugar solo pertenece a Dios. Después torpemente nos preguntamos por qué existe tanta vanidad aquí en la tierra.
Animo a la gente a que no sea seguidora de hombres por que sus ídolos morirán, tropiezan y se equivocan ferozmente, animo a la humanidad a llenarse de conocimiento valioso y de sabiduría práctica, a envolverse de amor y perdón, a mirar al cielo nocturno para comprender lo pequeños que somos, mirar a los inocentes ojos de nuestros niños para para comprender lo importantes que somos. |
