Ah, grandiosas cúspides nevadas
Ah, vastedad del silencio
dominante voz del silencio que merodea meditabunda
en la boca profunda de los precipicios,
invisible cuerpo del aire
que se escabulle por las cuevas del Himalaya.
Ah, tigres y leopardos blancos
flores de loto naciendo en el ombligo de los valles
olores a jazmín, cabellos adornados con almendras.
Ah, crepúsculo hirviente de vítreos colores
las hojas son pájaros que se quedaron para siempre en los arboles.
Miro desde la cima como se extiende níveo mar
de sabias y eruditas montañas
el vacio que silba como una flauta de bambú
escritos sanscritos que aletean en el llano cielo
lamas que navegan por los ríos serenos de sus espíritus.
Ah, la vastedad del silencio
aldeanas sonrientes entre terrazas de arroz segando
amando su camino entre ondulados bosques
quizás mañana no nazcan mas y mueran sosegados.